Presentación conspiranoide
Cosas raras traducido al castellano se ha convertido en el fenómeno para una parte del mercado del pujante mercado de seriéfilos de nuestros días. El formato de las series es sin duda el acontecimiento audiovisual del último lustro. El verso de una historia que estábamos acostumbrados a consumir en las salas de cine ha cedido parte de su espacio a la prosa de un formato que permite desarrollar argumentos, redondear personajes sin las elipsis y sobreentendidos del escueto formato del largometraje. Obligado a contar la presentación, el nudo el desenlace de la historia en apenas un par horas.
Stranger Things ha conectado con un público especial convirtiéndose en uno de los acontecimientos en este particular mundo del pasado verano. Podríamos establecer debates si se trata de una serie para adolescentes o para adultos nostálgicos de los 80. Sin entrar en las etiquetas que muchas ocasiones condicionan una mirada más limpia del asunto, se podría decir que el enfoque es para ambos y para otros muchos públicos. Quizá no tenga el calado suficiente para cierto público que busca mayor sofisticación o que quizá se niegue a aceptar porque sí campañas de marketing del estilo Netflix. Seguir leyendo «Series. Stranger Things. Extraños 80 y otras cosas»